Elecciones en Nicaragua
¿Una victoria limpia del FSLN?
Karla Jacobs. www.tortillaconsal.com
Traducido por Óscar Castillo Reyes y revisado por Manuel Talens
Si ustedes creen lo que los medios corporativos nicaragüenses y extranjeros afirman acerca de las próximas elecciones municipales, estarían indignados del estado lamentable de la autoridad electoral del país, el Consejo Supremo Electoral (CSE), el cual, en confabulación con ese monstro de Daniel Ortega, está planificando privar a los nicaragüenses de su derecho a elecciones libres y transparentes este domingo 9 de noviembre. Por suerte, pensarán, el Departamento de Estado de Usamérica, la Unión Europea y un grupo de respetables figuras internacionales han demostrado su compromiso con la “democracia” al denunciar la “dictadura”, mientras en Nicaragua las fuerzas “democráticas” se han unido para hacer una feliz gran alianza de amantes de la libertad, listas para enfrentarse el reino de terror impuesto por las turbas orteguistas, las cuales, por alguna razón son conocidas como los “CPC”.

Pero si, por otro lado, son nicaragüenses comunes, de un barrio marginal o de una comunidad rural, posiblemente no le están prestando mucha atención a la fanfarria mediática mientras son testigos de los mismos preparativos para elecciones municipales que se realizan de la misma manera que se han llevado a cabo en años anteriores. No habrán notado ninguna disminución de su libertad de expresión ni tampoco habrán sido aterrorizados por su Consejo del Poder Ciudadano local. De hecho, seguramente habrán disfrutado discutiendo de diferentes problemas dentro de su comunidad o las propuestas para su área, en alguna reunión organizada por su CPC local. Pero, entonces, si pertenecen a este segundo grupo, estarían acostumbrados a que la mayor parte del tiempo su realidad sea ignorada y mal interpretada por los medios corporativos.

9 de Noviembre: ¿Elecciones locales o referéndum a mediano plazo?
El 9 de noviembre habrá elecciones locales en 146 de los 153 municipios en Nicaragua . El slogan de campaña electoral de la alianza opositora más importante, la Alianza PLC es “Todos Contra Ortega”, muestra claramente el intento de la Alianza de convertir las elecciones a una especie de referéndum a mediano plazo a la administración del Gobierno del FSLN, liderado por el presidente Ortega. Cuando discuten las elecciones, los candidatos de la Alianza y sus aliados (en los medios nacionales e internacionales, en organizaciones influyentes de la sociedad civil y dentro de otros mecanismos de influencia afines a los intereses de los gobiernos del bloque occidental) recurren una y otra vez a la necesidad de detener la “dictadura” que aumenta su poder. Insisten en la urgente necesidad de prevenir un retorno a la “noche obscura” de los años 80.

Hasta cierto punto, el FSLN, que controla 87 de los 153 municipios del país, también ha adoptado la idea de que las próximas elecciones representan un referéndum a mediano plazo con candidatos que ponen el énfasis en la convicción de que los alcaldes sandinistas garantizarán mayor acceso a los exitosos programas sociales coordinados por las instituciones del Gobierno Central, como Hambre Cero, Usura Cero, Casas para el pueblo, Calles para el pueblo, Alimentos para el pueblo, etc.

Tal como lo señalaba William Grigsby Vado, analista político y director de la radio independiente “la primerísima”, en su comentario político del 28 de Octubre, la insistencia de convertir las elecciones locales en un referéndum posiblemente resultará un error para ambos partidos, aunque tendrá mayores repercusiones negativas para el PLC.

No habrá sólo una elección (El 09 de Noviembre)… sino 146 eleccione, y los parámetros son muy diferentes a las elecciones nacionales. El electorado tiene otras prioridades y la visión local habitualmente es preponderante, por encima de la visión nacional. El PLC ha cometido un error grave. Están promoviendo una elección para que se vote en contra del gobierno y, en particular, en contra del Presidente Ortega, y no en una elección para votar por sus candidatos o por sus propuestas.

Hay dos razones obvias e importantes de porqué al FSLN posiblemente no le resulte tan negativo el trato de estas elecciones como un referéndum: en primer lugar, la idea no es el enfoque principal de la campaña, el partido está haciendo mucho esfuerzo en promover a los candidatos individuales y sus propuestas; y, en segundo lugar, la idea de que el FSLN, al liderar a los gobiernos locales brindará mayor acceso a los programas que están empezando a hacer una diferencia a las familias y a las comunidades en todo el país, parece ser más atractiva para muchos votantes.

La Campaña de la Alianza PLC basada en el miedo por la falta de propuestas políticas
Es obvio para los observadores independientes de los eventos políticos en Nicaragua en los últimos años que la razón principal de por qué la Alianza PLC ha basado su campaña en un sentimiento anti-Ortega en vez de promover sus propuestas, es simple. No tiene ninguna propuesta política que sea al mismo tiempo inspiradora y realista de promover, algo que ha quedado claro una y otra vez durante la crisis y tras la desgracia de los recientes desastres naturales. La derecha nicaragüense, y la derecha latinoamericana en general, están sufriendo una profunda crisis política e ideológica, cuyo origen es el fracaso de las estructuras financieras y comerciales del capitalismo global.

Solo necesitamos regresar a los últimos meses de la administración del ex presidente Enrique Bolaños para recordar cómo la derecha nicaragüense ha demostrado su incapacidad para cumplir las tareas más básicas cuando estaban en el gobierno. Durante la administración de Bolaños, el pseudo libre mercado se desreguló a la perfección por más de una década de políticas económicas neoliberales y se mostró incapaz de garantizar el fluido eléctrico en el país debido al incremento en el precio del petróleo. Durante la segunda mitad de 2006 la mayoría de las zonas se veían afectadas por recortes diarios de energía hasta por 14 horas por día. La administración de Bolaños respondió a la crisis reduciendo las horas laborales a la mitad para todas las instituciones del Estado, con vistas a ahorrar energía.

A los pocos meses de asumir a poder, y a pesar de los incrementos en curso del precio del petróleo, la administración de Ortega había reducido significativamente el tiempo de los recortes diarios gracias a la firma del contrato comercial con la empresa petrolera estatal de Venezuela, PDVSA, que actualmente provee la mayoría del consumo total de petróleo del país bajo condiciones de pago sumamente favorables. Un año después de haber asumido el poder, el FSLN ha eliminado el racionamiento de la energía. El gobierno también ha conseguido asegurar muchas inversiones millonarias en plantas generadoras de energía renovable de pequeña y mediana escala en un intento de cambiar la dependencia petrolera del país por un 75% de su generación de energía al explotar el masivo potencial del país en generación de energía renovable. Esta política ha rendido frutos: en los primeros 18 meses del gobierno de Ortega y su equipo facilitaron la generación de más megawatts de energía de fuentes renovables que los tres gobiernos anteriores en 16 años.

Los poderes del bloque occidental hacen su parte para desacreditar al gobierno del FSLN durante la campaña
Así que, sin alternativas políticas creíbles que promover, la derecha nicaragüense ha recurrido a la resurrección de su antigua retórica basada en el miedo. Al hacerlo ha encontrado el apoyo total de los medios corporativos y sus aliados internacionales tradicionales. Mientras que el candidato por la Alianza PLC, Eduardo Montealegre (un banquero multimillonario acusado de fraude masivo contra del Estado) nos advierte acerca de “un futuro incierto si Ortega consolida su dictadura (Véase discurso completo), los representantes de los poderes imperialistas del bloque occidental condenan públicamente al gobierno nicaragüense.

En espacio de tres días a finales de octubre, tres organismos diferentes emitieron tres críticas condenatorias contra el gobierno del FSLN: la delegación en Managua de la Unión Europea, El Departamento de Estado de Usamérica y un grupo de políticos antes influyentes a través de todo el continente americano, quienes se describían a sí mismos como un “grupo de amigos de la (Interamericana) carta democrática”.

El 22 de octubre la delegación de la UE emitió un comunicado expresando su “preocupación” por el acoso del gobierno a las ONG después de que la procuraduría pública abrió una investigación por las acusaciones del Ministerio de Gobernación en las que 7 de las 4000 ONG del país están involucradas en operaciones financieras que no respetan la legislación nicaragüense relevante sobre las ONG.

El 22 de octubre el vocero del departamento de Estado usamericano, Robert Wood, leyó un comunicado en el cual se cuestionaba la “credibilidad” de las elecciones municipales “como expresión de la voluntad del pueblo nicaragüense. Las dos razones más importantes que ofreció fueron lo que describió como una “interferencia” del estado en las ONG y la cancelación de la personería jurídica de dos partidos opositores. Es esencial mencionar aquí que ha sido confirmado una y otra vez por fuentes independientes y oficiales, así como por la delegación de la UE en Managua, que estos dos partidos (El Movimiento de Renovación Sandinista y el Partido Conservador) no cumplieron con los prerrequisitos legales exigidos a los partidos políticos por la ley nicaragüense para poder mantener su personería jurídica.

El 24 de octubre, un grupo de 17 ex funcionarios de los gobiernos del continente, incluidos al ex presidente usamericano Jimmy Carter, el ex primer ministro canadiense Joe Clark, el ex presidente brasileño Fernando Cardoza y el ex vicepresidente de Nicaragua, Sergio Ramírez, publicaron una carta en la que expresaban su “profunda preocupación” por los recientes eventos en Nicaragua, que ponen en duda el “desarrollo de un proceso electoral democrático” en las próximas elecciones locales. De nuevo, los argumentos principales se basaron en el infame caso de las ONG y en la cancelación del estatus legal de dos partidos opositores.

Finlandia reasigna 2,5 millones de dólares de ayuda que estaban originalmente destinados para el apoyo al presupuesto
Diez días después, el 3 de noviembre, se anunció que Finlandia había decidido buscar otro destino alternativo dentro de Nicaragua para los 2,5 millones de dólares de los 13 millones que otorga al gobierno de Nicaragua anualmente como parte del grupo de apoyo al presupuesto. Según María Luisa Balbini, consultora para el desarrollo local y gobernabilidad en la embajada finlandesa en Managua, la decisión se basó en el caso de las ONG y en los dos partidos opositores a los que se les canceló su personería jurídica. Tal como se puede observar, la cosa está empezando a sonar un poco como disco rayado, aunque Balbini también mencionó la falsa afirmación de que las autoridades electorales habían negado permitir observadores electorales para que fueran parte del proceso electoral, una afirmación completamente falsa que se discutirá al final de este artículo.

Aunque el anuncio de Finlandia se refería a la reasignación (no a la cancelación) de lo que es un monto relativamente insignificante de dinero, los medios corporativos se abalanzaron sobre la historia exprimiéndola lo más posible. El día que salió la noticia, El Nuevo Diario (uno de los dos rotativos diarios en Nicaragua) colocó un indecente encabezado en primera plana que decía: “Finlandia corta ayuda”. Más tarde ese mismo día, Montealegre, el candidato por la alianza PLC, aprovechando un encuentro con estudiantes universitarios trasmitido por la mayoría de cadenas de TV durante las noticias vespertinas, advirtió que “Finlandia es sólo el primero de muchos”.

Es imposible asegurar cuánto efecto tendrá este tipo de esfuerzo de prolongada intimidación en el resultado de las elecciones del 9 de noviembre. Aunque, siguiendo la lógica mencionada arriba (los votantes considerarán principalmente los asuntos locales y la reputación del candidato en la comunidad cuando decidan por cual partido votar), podríamos asumir que no tendrá el efecto esperado por quienes manipulan los hilos detrás del escenario.

Por qué no funcionará esta vez la retórica basada en el miedo
Hay muchos factores políticos, demográficos e históricos que se unifican en estas elecciones y que sugieren que la retórica basada en el miedo de la derecha será menos efectiva que en años anteriores. En primer lugar, la sugerencia de que el gobierno del FSLN es una terrible dictadura no coincide con la percepción de la vasta mayoría de la población acerca de la administración de Ortega.

En segundo lugar, los últimos 20 meses (desde que Ortega asumió el poder) han demostrado que un gobierno del FSLN no significa la aplicación de racionamientos, servicio militar o el fin de las remesas familiares. En otras palabras, ahora está claro para aquellos que habían sido víctimas de anteriores campañas alarmistas que la oposición se basaba en mentiras.

En tercer lugar, y probablemente esto sea lo más importante, más del 50% de los votantes nicaragüenses están por debajo de los 30 años de edad y, por lo tanto, no tienen una memoria clara de la guerra con los contras en los años 80. Los recuerdos traumáticos de la guerra han sido la principal herramienta utilizada por fuerzas imperialistas y de oposición para votar en contra del FSLN. Sin embargo, ahora el escenario es otro. Ahora es el FSLN queien puede invocar los traumáticos recuerdos colectivos de 16 años de miseria y abandono como parte de su campaña electoral.

Analistas y observadores a menudo se refieren a la inquebrantable lealtad de una larga proporción de votantes nicaragüenses al partido (ya sea liberal o sandinista) que sus familias han apoyado tradicionalmente. En la mayoría de las zonas rurales o en las zonas urbanas empobrecidas se piensa que la población se compone de familias “sandinistas” y “liberales”. Por dicha razón, a los pequeños partidos alternativos –por ejemplo, el MRS o Alternativa por el Cambio, por mencionar sólo algunos– les ha sido muy difícil progresar fuera de los grandes centros urbanos.

Sin embargo, en estas elecciones locales el porcentaje del voto que la alianza liberal ha considerado como propio y del cual depende su fuerte presensia en los gobiernos locales del país, podría experimentar una baja significativa, ya que decenas de miles de miembros jóvenes de familias liberales en todo el país votarían en contra del partido de su familia. La razón de esto es simple: los programas sociales introducidos por el gobierno del FSLN en los últimos 20 meses hacen muy difícil que las familias liberales transmitan a sus hijos la lealtad que profesan a su partido.

EL FSLN espera ganar Managua en una época de hacer cambios
Uno de los argumentos utilizados por los analistas políticos que suponen que al FSLN le será difícil obtener suficientes votos para ganar Managua es que si el FSLN logró alcanzar el control de alcaldía capitalina fue sólo porque la derecha se dividió. En declaraciones recientes citadas en el sitio web de noticias “Informe Pastrán”, el analista Julio López Campos sumó el porcentaje de la población que votó en contra del FSLN en las elecciones municipales de los años 2000 y 2004 y en las elecciones presidenciales de 2001 y 2006 y obtuvo como resultado que, en cada una de estas ocasiones, el total de votos a favor de la derecha se situaba en torno al 50% y el del FSLN en torno al 36%.

Mientras que a simple vista esta desventaja del 14% parece ser muy difícil de superar, deberíamos recordar que la situación actual es muy diferente a la de hace dos años. En este sentido, puede considerarse que el argumento de Campos está desactualizado, ya que no toma en cuenta muchos factores, incluidos los mencionados anteriormente, que favorecen al FSLN en estas elecciones locales. En Managua, al igual que en el resto del país, el factor más importante que favorece al FSLN es que ha estado en el gobierno en los últimos 20 meses, y ésta es la mera esencia de la obsesión de la derecha por no perder el pode: la derecha sabe que si permiten que el FSLN gane una victoria electoral creará rápidamente las condiciones para ganar futuras victorias.

Si el FSLN logra asegurarse una mayoría en contra de las (casi completas) fuerzas unidas de la derecha representadas por la Alianza PLC, su victoria será un momento histórico en la política nicaragüense y podría significar que se han cimentado las bases para una victoria del FSLN en las elecciones presidenciales de 2011.

Con argumentos basados en falsedades, la oposición predice fraude
Tal como se mencionó en la introducción de este artículo, los medios corporativos, basados en los argumentos presentados por los políticos opositores, afirman que el CSE está planeando cometer fraude. El candidato de la Alianza PLC para la vicealcaldía, Enrique Quiñónez, expresó su asombro y enojo con los representantes del PLC dentro el CSE, pues “han sido complacientes en lo que respecta el fraude que se está tramando” en la institución. En una reciente entrevista, Dora María Tellez (líder del MRS, que se ha aliado con el PLC) declaró que el FSLN está “hacienda todo lo que puede para robar las elecciones”. Mientras, el ex vicepresidente e influyente político de derecha declaró hace poco que el presidente del CSE, Roberto Rivas, ha “arruinado” la institución.

Los argumentos principales utilizados para convencer a los espectadores nacionales y extranjeros de que Ortega y las autoridades electorales están planeando cometer fraude el 9 de noviembre son que el CSE no está autorizando observación electoral, el CSE se niega a entregar cédulas (el documento de identificación requerido para votar) a los partidarios liberales y que los CPC intimidan a los partidarios de la oposición, de tal manera que temen ir a las juntas receptoras de votos el día de las elecciones, todo ello basado en grados diferentes de falsedad.

El argumento de que el CSE no está permitiendo la observación es descaradamente falso. El CSE ha acreditado más de 20 observadores electorales nacionales e internacionales, incluidos el Consejo de Expertos Electorales de América Latina (CEELA) y las Organizaciones de autoridades Electorales de Centroamérica y el Caribe (véase reportaje). Lo que la oposición quiere decir es que el CSE no ha aprobado a los observadores electorales que ellos quieren que observen las elecciones, a saber, dos organizaciones de la sociedad civil, IPADE y Ética y Transparencia, las cuales reciben fondos del gobierno usamericano y han demostrado ampliamente, en diferentes ocasiones, que no cumplen con los requerimientos legales de neutralidad.

Es cierto que el CSE ha fallado en entregar miles de cédulas a tiempo a los solicitantes para votar durante estas elecciones. La idea de que las oficinas locales pueden de alguna manera adivinar la intención de voto de los solicitantes de cédulas dentro de los cientos de miles de solicitudes es absurda. Los simpatizantes de todos los partidos están afectados por igual. Es más probable que el sistema burocrático de emisión sea imperfecto y sin muchos recursos. Sólo diez días antes de las elecciones, la Asamblea Nacional tuvo que asignar 35 millones de dólares extras al Consejo Supremo electoral para impedir que las elecciones se cancelaran por completo.

Mientras tanto, el reclamo de que los CPC están aterrorizando a los partidarios liberales se hace sin ningún tipo relevante de referencia con el contexto. Han ocurrido algunos incidentes violentos en los últimos meses, pero dichos incidentes fueron llevados a cabo tanto por sandinistas como por liberales. En ambos grupos hubo heridos. La única víctima fatal fue un activista sandinista que fue baleado por un activista liberal en Terrabona, un municipio rural de Matagalpa, al norte del país.

Estos incidentes violentos son, de hecho, alarmantes y diferencian esta campaña electoral de campañas anteriores que ocurrieron bajo circunstancias de gran calma social. Lo que los incidentes demostraron es que un pequeño número de partidarios sandinistas y liberales están dispuestos a recurrir a la intimidación violenta. Hay una gran y fundamental diferencia entre las reacciones de ambos partidos a los incidentes,: mientras los líderes del FSLN ha llamado repetidamente a la calma y no han hecho alarde de “su” herido en la TV. El candidato de la derecha, Montealegre, ha aparecido en conferencias de prensa con activistas liberales heridos en lo que parece ser un intento de provocar furia entre sus partidarios. Además, cierto número de representantes de la fuerza de oposición, por ejemplo, los líderes del MRS Dora María Tellez y Henry Ruiz (véase reportaje), de hecho han llamado a la población a tomar las armas en contra de la “dictadura”.

W. Grisby, el director de radio “La Primerisima”, afirma que, consientes de su inminente y aplastante derrota, las fuerzas de la oposición están intentando desacreditar tanto el proceso electoral como los resultados. “Con mucha frecuencia escuchamos a los miembros (de la oposición) afirmar que la única manera en que el FSLN puede ganar estas elecciones es robando, porque todos están contra la dictadura (véase artículo).

El Nuevo Diario publica a sabiendas una encuesta inexacta
Como parte de este intento de desacreditar las elecciones, el Nuevo Diario publicó una encuesta el 22 de octubre, en la que daba a Eduardo Montealegre una ventaja del 10% sobre el candidato del FSLN Alexis, Argüello. Más tarde ese mismo día, los universitarios involucrados en el diseño de la encuesta dieron una conferencia de prensa (véase reportaje) en la que se distanciaron de la encuesta publicada, ya que solo incluía entrevistas de las áreas urbanas, en donde el FSLN generalmente tiene menos apoyo que en las zonas rurales más pobres o en zonas semiurbanas. Según los académicos, el rotativo había actuado de forma irresponsable. Humberto Avilés, uno de ellos, que participó en la conferencia de prensa, afirmó que la manera en que el periódico publicó la encuesta “deja mucho que pensar”.

La esposa de Ortega y secretaria de comunicación del Gobierno, Rosario Murillo, presente en la misma conferencia, fue más allá en la denuncia del rotativo al afirmar que “los promotores de esta encuesta… tienen como objetivo crear cierta percepción en el público en general, de tal manera que, en el evento de un resultado diferente, la oposición pueda alegar fraude”. En efecto, otras encuestas sugieren que la lucha por Managua estará cerrada, pero que Argüello tiene una ligera ventaja.

En la misma conferencia de prensa, Murillo resumió por qué el FSLN afirma que saldrá victorioso en las elecciones del domingo: “Mientras otros libran esta guerra sucia, nosotros estamos acompañando a la gente, casa por casa, de familia en familia, demostrando nuestra solidaridad. Nuestra opción es la que el pueblo nicaragüense aprueba, y eso quedará demostrado el 9 de noviembre.”

Fuente: http://www.tortillaconsal.com/elections.html

Óscar Castillo Reyes y Manuel Talens son miembros de Cubadebate y Rebelión. Talens es asimismo miembro de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística.