Concierto de Paco Ibañez : Nos queda la palabra
Paco Ibañez es todo un pionero en el arte de musicar poetas. Un verdadero talento. Música tanto poesía del siglo XIX como contemporánea, y lo hace con una alquimia tan perfecta que parece que esos poemas no pudieran concebir otra música.

Ha interpretado a su amigo Brassens en castellano y Jorge Manrique, Quevedo, Neruda, Goytisolo o León Felipe son algunos poetas a los que Paco ha cantado con su voz ronca y su espíritu independiente y libre que lo desvincula -muy conscientemente- del artisteo y la farándula.

Video completo del emotivo concierto en el Palau de la Musica en Barcelona, que por ahora ha sido su último concierto.



La ventana rota
A través de las historias de varios chicos detenidos por la «kale borroka» y las palabras pronunciadas por el entonces juez de la Audiencia Provincial de Madrid, Joaquín Navarro Esteban, nos adentramos en la terrible y silenciada realidad de Euskadi.

Dice Navarro que en este país se impone el derecho penal norteamericano, que se caracteriza por la teoría de la ventana rota: aplicar la máxima dureza al autor de la ruptura de la ventana, porque si no se aplica esa máxima dureza terminará asesinando a alguien. También habla Joaquín Navarro de las distintas interpretaciones que puede tener un mismo hecho si lo hace un vasco o no y si se hace en Euskadi o fuera.

Pone para ello un ejemplo clarísimo: si un muchacho tira un petardo contra un cajero en Almería la pena será mínima, probablemente una simple multa, pero si ocurre lo mismo en Euskadi, el hecho se convertirá inmediatamente en un acto terrorista y la pena será de años de cárcel.

El demoledor análisis sobre la situación de la justicia continúa señalando que se ha subvertido la propia base del Derecho: la presunción de inocencia, porque la política antiterrorista parte de la presunción de culpabilidad. Como bien dice Navarro, si alguien tiene que probar su inocencia es que no funciona el Derecho.

Estamos frente a la política antiterrorista del todo vale para conseguir la eficacia: cinco días en manos de la policía detenidos e incomunicados, sin que los abogados de oficio estén presentes en las declaraciones aunque firmen luego como si lo hubieran estado en unos atestados policiales que luego son considerados como prueba en un juicio, un juicio que, a veces, no llega a celebrarse jamás, archivándose el caso después de haber hecho que el detenido pase meses y meses en la cárcel; la política de dispersión de los presos por todas las cárceles del Estado como una notoria violación de los derechos humanos que castiga al autor y a la familia, que se ve obligada a recorrer miles de kilómetros y, algunas veces, para que ni siquiera les dejen ver a sus seres queridos.
Navarro concluye su análisis afirmando que sólo hay una solución posible: la del diálogo y la negociación.