II Guerra Mundial y el fin del Mandato

A- La II Guerra Mundial y el Holocausto
El asesinato de seis millones de judíos europeos por parte de los nazis -Holocausto- tuvo una gran repercusión en la situación de Palestina. Durante la guerra, los británicos prohibieron la entrada de los judíos en Palestina, dejándolos en campos de detención o deportándolos a lugares como Mauricio. Abraham Stern, líder de la banda sionista Lehi, junto con otros sionistas, intentaron sin éxito convencer a los nazis de que la inmigración a Palestina podría ser una "solución" para el "problema judío". El criminal de guerra nazi Adolf Eichmann (secuestrado por el Mossad desde Argentina y ejecutado por Israel en los años sesenta) visitó Palestina en 1937 y concluyó, que permitir la inmigración judía a Palestina no entraba dentro de la política nazi.

El 6 de noviembre de 1944, Eliyahu Hakim y Eliyahu Bet Zuri, miembros de la banda terrorista Lehi, asesinaron a Lord Moyne en El Cairo. Moyne era el ministro británico para Oriente Medio y los sionistas le consideraban responsable de impedir la inmigración judía a Palestina.

El rechazo británico a permitir la inmigración judía a Palestina, durante la II Guerra Mundial, tenía como objetivo calmar las protestas palestinas y árabes y evitar un nuevo frente bélico en Oriente Próximo. Era, pues, un rechazo táctico.

Al finalizar la II Guerra Mundial, 250.000 judíos fueron abandonados a su suerte en los campos de refugiados europeos. La presión de la opinión pública internacional, y en particular las repetidas peticiones del presidente norteamericano Harry S. Truman y las recomendaciones del Comité Anglo-Americano de Peticiones, hicieron que los británicos admitieran sólo la entrada de 100.000 inmigrantes judíos a Palestina, cosa que no satisfacía a las reclamaciones sionistas. Como reacción, las bandas judías que operaban en la sombra se unieron y llevaron a cabo varios atentados contra los británicos. En 1946, el Irgún atentó contra el Hotel Rey David de Jerusalén, el Cuartel General de la Administración británica en Palestina, matando a 92 personas. Hoy día, los libros escolares en Israel consideran estos actos como parte de su “guerra de independencia” y lo argumentan enseñando que fueron ellos y no los palestinos los que echaron a los británicos de Palestina.

Poco después de finalizada la guerra y viendo que la situación se les escapaba de las manos, los británicos anunciaron su deseo de finalizar su Mandato colonial en Palestina. Este hecho fue interpretado por los líderes y las bandas armadas sionistas como un signo de debilidad, por ello redujeron sus ataques contra los británicos y los intensificaron contra la población palestina en el norte del país, con el fin de expulsar a los habitantes de las ciudades más importantes y los pueblos más estratégicos en la geografía Palestina.