Cuba: El Congreso de la Nacion

Polemizar por un socialismo más verdadero es la única arma para salir adelante ante el acomodo ofensivo que observamos en el enemigo.
El Francotirador del Cauto | Para Kaos en la Red | 22-3-2009 |
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La idea lanzada por Félix Guerra, un Congreso de la Nación como un foro para expresar la creciente diversidad de opiniones, criterios y dudas existentes en nuestro país, es una idea importante que debemos darle todo nuestro calor, pero… ¿de que forma puede desarrollarse semejante foro?

Un Congreso se supone sea el lugar final a donde se van a discutir determinadas tesis elaboradas y discutidas por miembros de una organización, partido o grupo de personas. ¿Dónde están esas tesis? ¿Cuál es la organización que patrocina ese foro?

Un Congreso es una actividad que se realiza con vistas a trazar una estrategia definida o plan de acción en busca de determinados objetivos. ¿Dónde están esos objetivos? ¿Cuál es el plan de acción?

Un Congreso es un foro donde se van a discutir temas ya debatidos y consensuados por determinados grupos, ¿donde están esos temas?, de otra forma lo que esta proponiendo Félix Guerra es un guirigay, a donde tendremos que ir con grabadora en mano para poder recoger lo que allí se diga para la posteridad.

Un Congreso entre cubanos que piensan de mil forma diferentes es cómo abrir un debate sobre pelota entre todos. Requeriríamos un congreso a sesionar durante 365 días y nos quedaremos cortos.

Y falta la última pregunta, ¿Quién financia el congreso? Porque en este mundo traidor, donde nada es verdad ni es mentira, si no tienes divisas, nadie un salón te alquila.

Repito, la idea es buena, pero seamos serios, señores. El hecho de haber estado durante largo rato perorando en este medio alternativo lo único que demuestra es que existe diversidad de criterios, que hay grupos que coinciden con los puntos de vistas de otros, ¿pero unidad?, o es que lo que queremos abrir es un ring de boxeo de la nación.

Si es así, me paso, soy mal boxeador y como soy fumador empedernido no me queda aire para pelear en un ring, además por el peso debo enfrentarme a Stevenson. Me quedo mirando en las gradas.

De cualquier forma, como una idea lanzada la considero buena, pero como dice el programa humorístico, hay que darle taller, no podemos tratar de crear un foro para ir allí a improvisar. De forma alguna podemos con nuestras acciones favorecer la actividad del enemigo.

Debemos en primer lugar partir de una realidad y es que no debemos ser ingenuos políticos. El enemigo externo y el interno también, nos observan como la lagartija a la mosca, al primer resbalón viene el lengüetazo y desaparecemos en la boca del ofidio paticorto.

Por lo tanto para lanzar una idea como esa, lo primero que debemos definir es que está dirigido a buscar más socialismo en nuestro país: la bandera bien puesta y o­ndeando.

A partir de ahí converso hasta con Stalin, con mis ideas claras que buscamos unidad en la diversidad, pero por encima de todo mantener nuestra institucionalidad, esa que tenemos hoy y con la que hemos frenado a nuestros agresores.

Esa institucionalidad que hoy tenemos debemos fortalecerla dentro de un socialismo participativo, nunca quitarnos la ropa para quedarnos desvestidos. Nunca olviden que el enemigo, y para mi es enemigo todo el que no piense en el socialismo como única salida a nuestros problemas en Cuba, busca que nosotros en lugar de lograr la unidad en la diversidad, nos embrollemos en la diversidad sin unidad.

Con esto quiero decir, que si no convencemos a nuestro partido con nuestras ideas estamos arando en el mar. Y creo que lo que hemos hecho hasta ahora es eso, expresarnos para convencer, combatir ideas y no hombres, polemizar por un socialismo más verdadero como única arma para salir adelante ante el acomodo ofensivo que observamos en el enemigo.

Particularmente me hubiera parecido más sensato esperar por las tesis del nuevo congreso de nuestro partido. Mantenía mis esperanzas en que nuestro próximo congreso no sería más de lo mismo y siempre es adecuado observar como se comportan las nuevas ideas aplicadas por nuestra nueva administración y hacía donde llegarían sus nuevas expectativas.

Me parecería más adecuado que nos propongamos lograr ese congreso, o esa reunión, o un foro nacional, donde podamos expresar nuestras opiniones y creo que hay espacios que pueden crearse con tales fines, en una organización no gubernamental, en una Comisión de la Asamblea Nacional, en una comisión del partido.

Foros existen, hasta ahora limitados a los pensamientos oficiales, que pueden abrirse para buscar esa diversidad que, aunque ignorada oficialmente, existe y dejó de gatear para caminar erguida.

La Asamblea Nacional que se reúne tan poco, tiene tiempo para crear una comisión permanente en sesión a esta esfera del pensamiento y de la actividad humana: podría llamarse comisión de la unidad en la diversidad. Sería una novedosa acción revolucionaria de un parlamento en el mundo. Estaríamos con ello proletarizando a nuestra Asamblea Nacional.