A Eduardo Frei el pasado lo condena


sábado, 21 de noviembre de 2009

La Concertación lleva dieciocho años en el poder y no es extraño que surja una especie de “válidos” – ministros predilectos- del rey o de la reina, no muy diferentes a la monarquía borbónica española, cuyo personaje principal fue el famoso asturiano Manuel Godoy, que tenía completamente obnubilados al rey Carlos IV y a su esposa María Luisa.
El “válido” de la encantadora presidenta, Michelle Bachelet es, a mi modo de ver, el poderosísimo presidente del Partido Socialista, Camilo Escalona, que no deja que ningún antiguo personaje, por meritorio que sea, debilite el monopolio del poder que ostenta; lo mismo ocurrió con Godoy que alejó a Jovellanos y Campomanes, antiguos ministros de Carlos III.
 
¿Quién puede dudar que los ex presidentes Eduardo Frei es  aptos para gobernar, lo que pasa, como lo diría Tácito, es que ha  gobernado antes y esta es una enorme mochila, sobretodo en crisis en económica cuando, seguramente, la línea Martignot, que construyó el ministro Andrés Velasco, con los altos precios del cobre, será sobrepasada, como ocurrió en la Segunda Guerra Mundial, por el derrumbe de las materias primas y los “jinetes del Apocalipsis” de la depresión en el mundo desarrollado.
 
A Eduardo Frei le pena la pésima gestión para enfrentar la crisis asiática, que destruyó a la pequeña y mediana empresa y logró, por primera vez, crecimiento negativo; como es bastante hábil trata de sacar, por medio de una columna, en el diario derechista de La Tercera, del viernes 17 de octubre, las lecciones de la crisis del 98; como buen católico, hace una especie de contrición perfecta buscando la absolución del pueblo que, por lo demás, es bastante olvidadizo. Se justifica con la diferencia del precio del cobre: en el 98, a 60 centavos de dólar la libra, y hoy, a 2,50 dólares la libra. Termina su artículo expiatorio planteando la necesidad de ir en ayuda a los sectores más permeables a la crisis actual. Linda idea de mucha conciencia social, pero me pregunto por qué no la aplicó durante su gobierno.
 
En derechos humanos, el gobierno del presidente Frei fue verdaderamente catastrófico. En estos días se recuerdo el decenio de la prisión del tirano Augusto Pinochet, en Londres; el diario La Tercera, con cierta dosis de maldad, da a conocer los secretos de las gestiones de su asesor Tolosa para logar que Tony Blair reenviara al dictador a Chile, alegando que aquí la justicia lo condenaría y, además, que si moría en Inglaterra, se convertiría en un héroe nacional. Tanta falacia provoca la rebelión moral y una sonrisa respecto al servilismo de la Concertación con la dictadura.
 
Eduardo Frei y sus ministros, entre ellos Insulza y Alvear, presionaron a unos pocos valientes diputados demócratacristianos para que no presentaran una acusación constitucional contra el entonces ex comandante en jefe del ejército y futuro senador  vitalicio, Augusto Pinochet. Una vez presentada la acusación, en base a falacias, lograron que fuera rechazada en la Cámara de Diputados. .
 
El ex presidentes – Frei - quiere mostrarse como gran estadista, que tiene un sueño, un proyecto de país, una utopía, para el Bicentenario, sin embargo, en crisis económica y política como la actual, se hace necesario el fin de las castas y el surgimiento de nuevos líderes, de una nueva Constitución, de una democracia participativa y de una economía que reemplace la metafísica neoliberal por una economía de la solidaridad.
 
Rafael Luís Gumucio Rivas